Todos los sandieguinos contemplaron asombrados, al menos una vez, el maravilloso Star of India, que hoy en día es el hogar de San Diego. Pero, como pueden imaginar, el barco no apareció en nuestro Museo Marítimo de la nada. Tiene una historia tumultuosa y fascinante. Adentrémonos -o subamos a bordo- en esta historia.
Estrella de la India: una historia impresionante
Este hermoso barco se construyó en 1863 en los astilleros de Ramsey, en la isla de Man. Fue una especie de experimento, ya que los cascos de hierro eran poco comunes en aquella época y la madera era la norma. Sólo 5 meses después de su construcción, el barco fue botado y bautizado con el nombre de Euterpe, en honor a la musa griega de la música y la poesía.
Sus primeros viajes no fueron precisamente exitosos. En su primer viaje a la India, sufrió una colisión y un motín. Poco después, un ciclón azotó el barco y la tripulación tuvo que cortar los masteleros para sobrevivir. La mala suerte continuó. Poco después, su primer capitán murió a bordo y fue enterrado en alta mar.
Pero a pesar de los turbulentos comienzos, el Euterpe se asentó en un servicio con menos sorpresas a cada paso. El barco realizó 4 viajes más a la India, antes de ser vendido a la Shaw Savill Line de Londres.
De Londres a Nueva Zelanda

En cuanto el Euterpe llegó a Londres, comenzó una nueva era, iniciando una carrera de 25 años transportando emigrantes a Nueva Zelanda. Por el camino, hizo escalas en Australia, California y Chile. A lo largo de los años, el barco dio la vuelta al mundo 21 veces, y algunos viajes duraron más de un año. De hecho, la mayoría de los cuadernos de bitácora que tenemos describen condiciones duras. En uno de ellos se dice que «se trabajaba y se rodaba de la manera más angustiosa».
Aunque si hay alguien que lo pasó peor, fueron los emigrantes. Normalmente estaban hacinados en espacios reducidos, con comidas básicas como carne salada de baja calidad y galletas duras. El mareo estaba casi garantizado para los pasajeros, que además luchaban contra todo tipo de enfermedades.
Dadas las condiciones, se podría pensar que muchos de ellos no llegaron a Nueva Zelanda… pero no fue así. La mayoría de los pasajeros procedían de familias trabajadoras de Inglaterra, Irlanda y Escocia. Soportaron las penurias y construyeron vidas de éxito en Nueva Zelanda. El viaje no fue más que un verdadero testimonio de su dureza y determinación.
De Londres a San Diego, su hogar para siempre
En 1898, el barco fue vendido a los estadounidenses, y rebautizado como Star of India en 1906.
Más tarde, la Sociedad Zoológica de San Diego adquirió el barco con planes de convertirlo en la obra maestra de un nuevo museo y acuario. Sin embargo, la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial paralizaron los trabajos de restauración.
Finalmente, en 1976 regresó a las aguas de la bahía de San Diego, en la que fue su primera navegación en medio siglo. Hoy, como sabemos, el Star of India es la joya de la corona de la flota histórica del Museo Marítimo de San Diego. Un equipo de apasionados voluntarios y hábiles artesanos se encarga de mantener en condiciones de navegar esta belleza que tenemos entre manos… y sigue haciéndolo al menos una vez al año, lo que lo convierte en el barco activo más antiguo del mundo.